Inicio Nacionales Día del Tereré: conocé el verdadero origen de nuestra popular bebida nacional

Día del Tereré: conocé el verdadero origen de nuestra popular bebida nacional

Es el santo y seña de los paraguayos en el mundo, símbolo fehaciente de nuestra identidad. Una conexión profunda con nuestras raíces guaraníes, un ritual colectivo que se propaga de generación en generación y no conoce de fronteras. Hoy, en el Día Nacional del Tereré, memoramos los orígenes y otros aspectos de la popular y preciada bebida, fiel compañera de nuestro cotidiano vivir.

¿Quién mejor que el profe­sor Clemente Cáceres para hablarnos hoy del tereré? Con una importante labor en la preservación de nuestra iden­tidad, costumbres y tradicio­nes, el reconocido promotor cultural lleva años dedicán­dose a la defensa del patrimo­nio alimentario del Paraguay y al fortalecimiento de la gas­tronomía local como compo­nente del turismo nacional.

Ostenta el título de Tesoro Nacional Vivo, otorgado por la Secretaría Nacional de Cultura, “por su incansable y valiosa tarea en la difusión y preservación de los cono­cimientos y usos relacio­nados con la naturaleza y el universo del Patrimonio Cultural Inmaterial”, reza el reconocimiento que reci­bió el año pasado.

Dinámico referente de la Dirección de Acción Cultu­ral y Comunitaria de la Muni­cipalidad de Asunción, esta semana es uno de los pro­tagonistas de las activida­des especiales organizadas con motivo del Día Nacional del Tereré, que se celebra el último sábado de febrero. Ha sido invitado para dar charlas sobre el nacimiento de nues­tra bebida nacional, recono­cida en 2020 por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

LA YERBA MATE

El profesor Clemente consi­dera esencial, antes que nada, remitirse al descubrimiento y primeros usos de la yerba mate. “El cocido negro, el tereré y el mate son la evolu­ción del ka’ary’u precolom­bino de los guaraníes, a base de la yerba mate, descubierta por los paleolíticos que entra­ron por el estrecho de Bering, que conecta el extremo orien­tal de Asia y noroccidental de América, hace unos 3.000 años antes de Cristo, y se pro­yectaron hasta el corazón de América del Sur. Son los lla­mados kaingang, los prime­ros consumidores de la yerba mate”, explica a La Nación del Finde.

“Acostumbraban a llevar la yerba mate enredada con hilo por la cintura y masca­ban sus hojas durante sus lar­gas caminatas por las selvas. Estos enseñaron las propie­dades del kongoñi o ‘lo que alimenta’ a los neolíticos karaives guaraní, incursio­nados a tierras paraguayas por el Chaco y por las tierras amazónicas unos 500 años antes de Colón”, refiere.

Los neolíticos guaraníes lo llamaban ka’a y sus caciques y consejeros tribales lo con­sumían como té, sin bombilla ni tacuarilla; sus chamanes hacían humo con las hojas y los empleaban en sus ritua­les. “Esto no era un privilegio de toda la indiada, sino sola­mente para los jefes comuni­tarios. Tomaban como infu­sión en un cuenco grande hecho de calabaza, porongo o mati, palabra quechua que da nacimiento a la palabra mate”, señala.

Unos 300 años antes del arribo de los españoles, los guaraníes, considerados los primeros productores de la yerba mate, hacían negocios con los incas intercambiando hojas de la planta por joyas de oro y plata y por anima­les para domesticar. “Pero los incas no consumían como té, sino hacían los humos en los rituales y ofrendaban las hojas a sus dioses y nada más”, aclara.