Asunción — En el marco del operativo de seguridad desplegado antes del clásico entre Cerro Porteño y Guaraní, la Policía Nacional del Paraguay informó sobre la detención y demora de numerosos aficionados y cuidacoches, además de un enfrentamiento al final del partido que dejó dos agentes lesionados.
Detalles del operativo
El operativo, bajo el nombre “Py’aguapy”, comenzó varias horas antes del partido y se extendió incluso luego del pitazo final. Según fuentes policiales:
• Se demoraron más de 40 aficionados entre hinchas de Cerro Porteño y de Guaraní por distintas infracciones, entre ellas consumo de alcohol en vía pública y control de alcoholemia. 
• También se identificaron y retiraron “cuidacoches” que operaban en las inmediaciones del estadio sin habilitación, en un intento de impedir cobros indebidos o coercitivos. 
• Uno de los números consignados habla de 39 hinchas de Cerro Porteño demorados por positivo en alcotest, además de 2 hinchas de Guaraní. 
Incidentes al finalizar el partido
Al término del encuentro se registraron enfrentamientos entre hinchas de Cerro Porteño y efectivos policiales: dos agentes resultaron heridos —uno con lesión en la cabeza y otro en el pie— durante el control de salida del estadio. 
Las fuerzas de seguridad indicaron que, aunque no había detenidos vinculados directamente con los hechos violentos en ese momento, la investigación sigue abierta para identificar a los responsables. 
Contexto y relevancia
Estos operativos refuerzan la preocupación de las autoridades por garantizar que los eventos deportivos se desarrollen con normalidad, sin que la afición pierda de vista el orden y la seguridad. Los controles apuntan a desalentar el consumo de alcohol en exceso, la venta ambulante no autorizada y la presencia de personas con antecedentes.
Además, la presencia de agentes heridos evidencia la tensión latente en este tipo de encuentros de alto perfil, donde la “salida” del estadio representa un momento crítico para el despliegue policial.
Qué implica para los hinchas y clubes
Para los hinchas queda el mensaje claro de que el margen de tolerancia es reducido: realizar actividades ilegales o involucrarse en incidentes puede derivar en demora, detención o prohibición de ingreso a futuros partidos.
Para los clubes, el desafío es colaborar con la seguridad, controlar los accesos y garantizar que el espectáculo se lleve adelante sin que se convierta en foco de violencia.




